
Bordergames nació en el año 2003 de la mano de La Fiambrera Obrera, un grupo de artistas, activistas y educadores, como una serie de talleres, un editor y un motor de videojuegos libres y gratuitos diseñados con código abierto, que permitían a jóvenes migrantes y otros colectivos construir colectiva y completamente un videojuego a partir de su experiencia inmediata con el entorno donde viven.
Se diseñó como una herramienta de trabajo que diera capacidad a los jóvenes migrantes a aprender a controlar las nuevas tecnologías y usarlas para su autoorganización y poder así recuperar el control de sus vidas, de sus entornos y de sus representaciones. El proceso que establecía Bordergames buscaba con ello un trabajo en red desde las personas que trabajan en el proyecto, las diversas organizaciones implicadas, los participantes y las TIC. Bordergames se constituía como una plataforma para construir series de videojuegos que tomaran las fronteras como motivo de organización del juego. En ese sentido supone un trabajo completamente participativo de concepción, diseño y programación conjunta como una herramienta de investigación-acción sobre las fronteras actuales.
El interés principal reside en que se propone como una herramienta para que sean los afectados más directamente por esas mismas fronteras quienes toman la iniciativa de construir ellos mismos las narrativas que dirigen el juego y sus situaciones. Con todo ello Bordergames supone un proceso complejo, donde se intercalan y solapan diversos aspectos relacionados con las nuevas tecnologías, la pedagogía crítica, el multiculturalismo y las fronteras físicas y simbólicas, la investigación-acción y la investigación activista, los nuevos movimientos sociales y las artes contemporáneas, con el apelativo de activistas, políticas, socialmente comprometidas o colaborativas entre otros.
Seis años después, la red Bordergames se ha ampliado desde el madrileño barrio de Lavapiés, el origen de la plataforma, hasta Kreuzberg (Berlín), Figueras (Girona), Alhucemas (Rif), Raval (Barcelona), La Calzada (Gijón), Alvarenga Gamelab y Sâo Paulo (Brasil), La Cañada Real (Madrid) y Sant Celoni (Barcelona).
Prensa
EL PAÍS, 4 agosto 2008: «El juego educativo de Lavapiés, a las favelas»